Relájate con estilo
Laura los recogió y los reconoció de ayer de noche. Eran de Donna. Las levantó hasta la nariz y pudo oler el fuerte olor de una mujer y de bragas que habían sido usadas por casi 20 horas. El fragancia no era agradable, mas Laura se halló metiendo la lengua en la entrepierna.
Un buen preámbulo como mera sugerencia en el sexo rudo, con agresividad cariñosa como el unir las bocas, aprisionar los labios y el duelo lingual por intentar ser el dominante. Aparte de los chupetones en cuello y otras s del cuerpo. Al admitirse, dejan de ser tabúes.
El término de efebofilia proviene de dos términos griegos: efebo (que es el joven que ha llegado a la pubertad) y filia (que significa amor). La primera vez que se usó fue en 1906 y lo hizo el científico alemán Magnus Hirschfeld.
Debe recordar algo muy importante: la atracción es momentánea, puede durar desde unos segundos hasta unas horas, y luego desaparece. Su trabajo es mantener este estado constantemente activo cada vez que tenga algún tipo de contacto con una chica.
Contemplar esta exposición es una buena manera de acercarse a esas otras maneras de vivir la sexualidad que van alén de lo que de forma tradicional se ha considerado lo normal, es decir, la relación heterosexual sin matices ni grietas.
LA LADIDA DIFÍCIL: si tu niña prefiere ejercer presión sobre su clítoris, ¡posiblemente tengas que poner esa lengua en forma! Apunte con firmeza y vea cuánto puede lamer hacia arriba y cara abajo y de lado a lado en su vulva y clítoris.
Durante la escena, su polla permaneció recia, sin proeza, teniendo en cuenta que la reacción normal de los genitales al miedo y al dolor es retirarse lo más lejos posible dentro del cuerpo. Claramente, hacíamos algo bien.
En la intimidad le va a hacer vivir una experiencia llena de pasión digna de reiterar. Efectúa todos los servicios. Un cuerpo ante el cual es muy difícil resistirse.
Ahora vamos al clímax del striptease. Quítate las bragas. Mantén una pierna delante de la otra, con el talón levantado. Pone tus manos, con las palmas cara las piernas, dentro de tus braguitas, una a cada lado, y después desliza tus manos hacia abajo, recorriendo tu cuerpo.,
Lo que pasaba en el dormitorio era que mis clientes del servicio llegaban y me hablaban abiertamente de lo que les gustaba, de lo que habían hecho últimamente, describían sus preferencias sexuales, me contaban sus fantasías y su pasado también.
