Relájate con estilo
La penetración puede hacerse en el instante en que la mujer deja caer sus nalgas sobre la pelvis del varón; aconsejo que dicha inserción sea sumamente cuidadosa por encontrarse el pene contra la línea de la vagina, también que eviten cualquier acto brusco que pudiese dañarles.
Cerciórate de que las cuerdas quedan llanas y alineadas en la parte posterior. Cada vuelta debe quedar al ras de la precedente. La tensión debe sostenerse incesante y, además de esto, no hay que doblar las cuerdas.,
La enorme mayoría de las veces, es el hombre sumiso el que introduce el estilo de vida de Dominación Femenina a la esposa. El hombre desea y ansía ser dominado por su esposa. Al comienzo, su deseo de someterse a la mujer es mayor que el deseo de la mujer de dominar y ser servido.
Un Prelado afirma que los cristianos somos como la varilla de hierro que se dobla, pero no se quiebra. tiene toda la razón, dóblate, mas vuélvete a enderezar, vuelve al camino que has iniciado, no te quedes tirado en el fango del pecado.
De cualquier forma, es recomendable que visite al Urólogo para que éste lo someta a un análisis de orina y de semen; así se puede advertir la presencia de cualquier bacteria existente, para lo que seguramente le aconsejará antibióticos.
Hace poco tiempo he podido explicar otro ejemplo, perteneciente a un sector psíquico completamente diferente, y en el que un mayor efecto de placer era conseguido a través de una sensación menor, que actuaba como cebo. También allí teníamos ocasión de aproximarnos a la esencia del placer.
Dadas todas estas funciones que damos por sentadas, resulta claro que alimentar y nutrir estas glándulas maestras con nuestra energía sexual, nuestra fuerza vital, está destinada a nuestra clara ventaja.
No sé si has apreciado que las parejas, sobre todo las que son de veras parejas tienen muchos aspectos en común, algunas hasta tienen la misma profesión, les agradan muchas cosas afines, ciertas aun llegan a tener un semblante muy semejante.
Para él es casi inmoral, no le gusta que me ría mucho o bien me vista en forma juvenil (con pantalones pegados). Nada de eso me importa; lo que me da mucho coraje es que cuando se enoja maldiga y me jalonee, pero lo amo.
Las mujeres desean admirar al hombre y el hombre desea ser admirado por una mujer. Lo mismo sucede a la inversa. La admiración mutua produce atracción. No te admirará una mujer si no has salido de tu zona de confort y siempre y en todo momento haces lo mismo.
